5.- La ética, productividad y competitividad
Ser éticoes proyectar los valores y principios fundamentales a la realidad, al que hacer,en otras palabras actuar como consecuencia de la interiorización de acciones socialmente responsables que traigan beneficios individuales y comunitarios.
La ética está presente en cada proceso consultivo - educativo que lideramos, es el pilar de la cultura productiva que promovemos y por ello la promesa única a nuestros socios comerciales “Construir empresas socialmente sanas, humanamente respetuosas y económicamente rentables” todo en uno; gusto por la productividad, pasión por la competitividad, amor por la ética, y por que no, vergüenza por faltar a la ética.
Al incorporar la ética a la vida y dentro de ella al trabajo, al asumir la ética como un nuevo paradigma empresarial se asegura de manera integral un buen presente y un mejor futuro pues los valores y los principios éticos forjan una ventaja competitiva duradera, real, no emergente, ni dependiente, ni cuestionable por propios o extraños.
El ser ético en una organización puede traer grandes beneficios, ya sea a corto plazo, como por ejemplo el ser más competitivos, y si definimos la competitividad como la característica que permite lograr la misión en forma más exitosa y permanente que otras empresas, entonces se requiere la ética como garante de procesos centrados en nuevas posibilidades de ganancia.
Ser éticoes proyectar los valores y principios fundamentales a la realidad, al que hacer,en otras palabras actuar como consecuencia de la interiorización de acciones socialmente responsables que traigan beneficios individuales y comunitarios.
La ética está presente en cada proceso consultivo - educativo que lideramos, es el pilar de la cultura productiva que promovemos y por ello la promesa única a nuestros socios comerciales “Construir empresas socialmente sanas, humanamente respetuosas y económicamente rentables” todo en uno; gusto por la productividad, pasión por la competitividad, amor por la ética, y por que no, vergüenza por faltar a la ética.
Al incorporar la ética a la vida y dentro de ella al trabajo, al asumir la ética como un nuevo paradigma empresarial se asegura de manera integral un buen presente y un mejor futuro pues los valores y los principios éticos forjan una ventaja competitiva duradera, real, no emergente, ni dependiente, ni cuestionable por propios o extraños.
El ser ético en una organización puede traer grandes beneficios, ya sea a corto plazo, como por ejemplo el ser más competitivos, y si definimos la competitividad como la característica que permite lograr la misión en forma más exitosa y permanente que otras empresas, entonces se requiere la ética como garante de procesos centrados en nuevas posibilidades de ganancia.
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